domingo, 29 de julio de 2012

LAS LETRAS DE EVA


POR: Eva López  Robinso


… Y me quedé a la orilla de la vida, contemplando el camino por donde te fuiste, deseando volverte a ver, aunque fuera una sola vez… y creo que aún espero…
            Mi querido Enrique, quizá ni figuro entre tus recuerdos, muy al contrario de ti en los míos, cuando fuiste el corazón de mis sueños, en la hermosa danza de los 15 años, en que tejemos tantas historias de felices finales… Soñaba cada día en ser tu esposa, señora de una casita donde tú y yo nos haríamos viejos, ¿recuerdas? Veíamos pasar a una pareja de ancianitos, y me decías que así nos imaginabas al correr el tiempo…
            Dibujé un cálido hogar con 5 niños, un hermoso jardín, un perro y la preciosa vida transcurriendo, para romper la pesadilla de mi existir los primeros 15 años… Era un alivio imaginar que estaría lejos de la tiranía de papá, aunque doliera el corazón por mi madre, pero mis alas se agitaban inquietas ante la posibilidad de un vuelo tan hermoso, rumbo a la felicidad… la que se esfumó en una tarde lluviosa, al verte partir hacia un viaje que sabía no te traería a mí de vuelta, porque tu destino estaba en otra parte…
            Los frondosos framboyanes, bajo los cuales te esperaba de tarde en tarde, se fueron haciendo añejos, hasta que un día la modernidad de mi calle sacrifico su sombra y se quedaron morando en mis recuerdos… las viejas mecedoras de madera siguieron por años en su sitio y a veces me sentaba en una, imaginándote, cerrando los ojos para escuchar de nuevo tu grato timbre de voz y tu risa… Aquellas largas trenzas que tanto te gustaban desaparecieron y un día me casé, soñando contigo…
            ¡Ah querido mío! Cuánto tiempo sobre el camino de la vida. Muchas lunas recortaron mi silueta en las noches de recuerdos… la plata cubrió mis cabellos y mi corazón se volvió más sensible… te pensé de primavera a invierno por tantos años, hasta dolerme el alma y aprender a amar tu ausencia. Te idealicé, lo sé, porque no conocí tus virtudes ni defectos; apenas entendí que fuiste en mi vida el primer vehículo que conocí buscando la libertad, sin embargo, agradezco a Dios por este ¿amor? ¿Ilusión? No lo sé. Creo que me iré de este mundo sin conocer el verdadero rostro de mi otra mitad…o tal vez al trasponer ese umbral lo descubra…

            Debo darte las gracias por el asomo de ilusión en tus ojos, por regalar a una chiquilla hambrienta de cariño, unas gotas que significaron un océano maravilloso de sueños que se quedaron guardados celosamente en mi alma… Gracias querido Enrique… tal vez… sólo tal vez, pudiera volver a verte, en algún momento, pero sea o no, que el Señor te guarde más allá del horizonte soñado…
Eva

1 comentario:

  1. Gracias Sra. Eva por estar en nuestras vidas y hacernos partícipes de sus hermosas letras...
    Un abrazo

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