POR ESPERANZA ARIAS RODRÍGUEZ
EL ESPACIO DE ATENEA
La Jaula de las locas
Al interior del gobierno
municipal de Acayucan está sucediendo algo preocupante y digno de tomarse en
cuenta: el apoderamiento por parte de una facción de empleados menores en el
organigrama municipal que ni siquiera integran el cuerpo edilicio pero que están concentrando el mando ante el ausentismo de
la alcaldesa Judith Fabiola Vázquez Saut a quien complace mandar a control
remoto vía Hernesto Nazario, Roberto Ovalles –este por ejemplo, asumió el
control del DIF municipal- Carlos Barrios y acaso, sólo acaso, Augusto Alberto
Mora Ostos, aunque este más bien es una figura decorativa de forma idéntica que
el resto de los ocho ediles títeres de la Comuna incrustada en la ‘presidencia
imperial’ de rancho prevaleciente en el municipio.
Es lamentable que el Ayuntamiento
y la municipalidad marchen sin proyecto, sin planes de trabajo, a la deriva, al
‘ai se va’ y más deplorable aún que en manos de Hernesto Nazario -el Córdoba
Montoya acayuqueño, claro, guardadas las proporciones, porque el original es maquiavélico y de brillante inteligencia,
aun en el lado oscuro- este es patético-
delegue la presidenta tanto poder, ya lo dice el refrán: dale poder a un
hombre, y verás cuan bajo cae, pues el
secretario municipal ahora no sólo está por encima de los seudo regidores o
ediles patito, sino que asumió ya el control de la Dirección de Comunicación
Social y cree el hombre, con la escasa materia gris de que dispone, que a golpe de derechos de réplica va a
ocultar lo inocultable y defender lo indefendible: un gobierno y una familia
enquistada en el poder hace una decena de años que ejercen el mando de manera férrea, absoluta
en donde no se admite ni siquiera que la ciudadanía exponga su sentir. Y un
ejemplo basta para ilustrar: el clamor en el desierto del grupo de vecinos del
parquecito Constitución a quienes ni siquiera por educación el síndico títere
recibió el segundo día acordado para reunirse y darles la presunta respuesta de
la alcaldesa a su demanda de que dicho espacio público no se remodele con
grandes lujos ni pompas, ellos quieren el parquecito como antaño, sencillo,
cálido, con sus bancas, sus palmeras y sus arbolitos, aunque estos
desgraciadamente ya fueron derribados.
Aquí que nadie se engañe: la decisión unilateral está tomada y no habrá poder
humano que la cambie, así es la presidencia imperial de rancho que manda sobre
los acayuqueños.
Sin embargo, aun cuando las voces discordantes se ignoran o se busca silenciarlas denostándolas, afortunadamente hay hombres y mujeres bravos, fuertes, luchadores, aguerridos, dispuestos a defenderse del mal gobierno del clan Vázquez, qué bueno que existan habitantes en comunidades que toman el palacio municipal para mostrar que el municipio de cuento de hadas no es tal y hay hambre, descontento, viejos agravios, y también es afortunado el hecho de que los vecinos del parquecito alcen la voz, digan no a tanta imposición y aun siendo ignorados, al menos no pasarán por agachones ni timoratos, nada que ver con su también vecina la regidora Martha Patraca, quien ilustra muy bien el grado de corrupción dentro del Ayuntamiento pues la señora traicionando el respeto a su condición de representante popular digna, ha devenido en cargadora y mostradora de maquetas que lleva de casa en casa como si se tratase de un producto de compañía cosmética trasnacional y su meta es convencer de sus bondades, si no fuera trágico –por todo lo que evidencia de este decadente mando municipal- sería risible.
Sin embargo, aun cuando las voces discordantes se ignoran o se busca silenciarlas denostándolas, afortunadamente hay hombres y mujeres bravos, fuertes, luchadores, aguerridos, dispuestos a defenderse del mal gobierno del clan Vázquez, qué bueno que existan habitantes en comunidades que toman el palacio municipal para mostrar que el municipio de cuento de hadas no es tal y hay hambre, descontento, viejos agravios, y también es afortunado el hecho de que los vecinos del parquecito alcen la voz, digan no a tanta imposición y aun siendo ignorados, al menos no pasarán por agachones ni timoratos, nada que ver con su también vecina la regidora Martha Patraca, quien ilustra muy bien el grado de corrupción dentro del Ayuntamiento pues la señora traicionando el respeto a su condición de representante popular digna, ha devenido en cargadora y mostradora de maquetas que lleva de casa en casa como si se tratase de un producto de compañía cosmética trasnacional y su meta es convencer de sus bondades, si no fuera trágico –por todo lo que evidencia de este decadente mando municipal- sería risible.
Y a ti Carlitos Barrios, un
consejo: ‘no me digas lo que haces porque lo que eres resuena sobre ti con tal fuerza, que me impide ver lo
que alegas en su contra’, y en ti sólo veo tu condición de alfombra.
Una última cosa, ante el cariz
que están tomando los acontecimientos, en relación con mi trabajo periodístico
que pretende Hernesto Nazario acallar con ‘derechos de réplica’ cotidianos,
constituyendo esto un abierto hostigamiento a mi labor como reportera incómoda
para la presidenta, hago públicamente responsable de cualquier daño a mi
persona o a mi familia a la alcaldesa Judith Fabiola Vázquez Saut, a Hernesto
Nazario y a su lacayuna corte enquistada en el Ayuntamiento. Les duelen las
notas periodísticas adversas y a los acayuqueños ¿quién los escucha ante su
clamor de obras, equidad y que se gobierne con justicia social? Se están
perdiendo en minucias, señores, en superficialidades, lo
esencial no lo miran porque es el resultado de su oprobioso proceder.
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