sábado, 1 de septiembre de 2012

EL ESPACIO DE ATENEA


POR  ESPERANZA ARIAS  RODRÍGUEZ


EL ESPACIO DE ATENEA

La Jaula de las locas
Al interior del gobierno municipal de Acayucan está sucediendo algo preocupante y digno de tomarse en cuenta: el apoderamiento por parte de una facción de empleados menores en el organigrama municipal que ni siquiera integran el cuerpo edilicio pero que están  concentrando el mando ante el ausentismo de la alcaldesa Judith Fabiola Vázquez Saut a quien complace mandar a control remoto vía Hernesto Nazario, Roberto Ovalles –este por ejemplo, asumió el control del DIF municipal- Carlos Barrios y acaso, sólo acaso, Augusto Alberto Mora Ostos, aunque este más bien es una figura decorativa de forma idéntica que el resto de los ocho ediles títeres de la Comuna incrustada en la ‘presidencia imperial’ de rancho prevaleciente en el municipio.
Es lamentable que el Ayuntamiento y la municipalidad marchen sin proyecto, sin planes de trabajo, a la deriva, al ‘ai se va’ y más deplorable aún que en manos de Hernesto Nazario -el Córdoba Montoya acayuqueño, claro, guardadas las proporciones, porque el original  es maquiavélico y de brillante inteligencia, aun en el lado oscuro-  este es patético- delegue la presidenta tanto poder, ya lo dice el refrán: dale poder a un hombre,  y verás cuan bajo cae, pues el secretario municipal ahora no sólo está por encima de los seudo regidores o ediles patito, sino que asumió ya el control de la Dirección de Comunicación Social y cree el hombre, con la escasa materia gris de que dispone,  que a golpe de derechos de réplica va a ocultar lo inocultable y defender lo indefendible: un gobierno y una familia enquistada en el poder hace una decena de años que  ejercen el mando de manera férrea, absoluta en donde no se admite ni siquiera que la ciudadanía exponga su sentir. Y un ejemplo basta para ilustrar: el clamor en el desierto del grupo de vecinos del parquecito Constitución a quienes ni siquiera por educación el síndico títere recibió el segundo día acordado para reunirse y darles la presunta respuesta de la alcaldesa a su demanda de que dicho espacio público no se remodele con grandes lujos ni pompas, ellos quieren el parquecito como antaño, sencillo, cálido, con sus bancas, sus palmeras y sus arbolitos, aunque estos desgraciadamente ya  fueron derribados. Aquí que nadie se engañe: la decisión unilateral está tomada y no habrá poder humano que la cambie, así es la presidencia imperial de rancho que manda sobre los acayuqueños.
Sin embargo, aun cuando las voces discordantes se ignoran o se busca silenciarlas denostándolas, afortunadamente hay hombres y mujeres bravos, fuertes, luchadores, aguerridos, dispuestos a defenderse del mal gobierno del clan Vázquez, qué bueno que existan habitantes en comunidades que  toman el palacio municipal para mostrar que el municipio de cuento de hadas no es tal y hay hambre, descontento, viejos agravios, y también es afortunado el hecho de que los vecinos del parquecito alcen la voz, digan no a tanta imposición y aun siendo ignorados, al menos no pasarán por agachones ni timoratos, nada que ver con su también vecina la regidora Martha Patraca, quien ilustra muy bien el grado de corrupción dentro del Ayuntamiento pues la señora traicionando el respeto a su condición de representante popular digna, ha devenido en cargadora y mostradora de maquetas que lleva de casa en casa como si se tratase de un producto de compañía cosmética trasnacional y su meta es convencer de sus bondades, si no fuera trágico –por todo lo que evidencia de este decadente mando municipal- sería risible.
Y a ti Carlitos Barrios, un consejo: ‘no me digas lo que haces porque lo que eres resuena  sobre ti con tal fuerza, que me impide ver lo que alegas en su contra’, y en ti sólo veo tu condición de alfombra.
Una última cosa, ante el cariz que están tomando los acontecimientos, en relación con mi trabajo periodístico que pretende Hernesto Nazario acallar con ‘derechos de réplica’ cotidianos, constituyendo esto un abierto hostigamiento a mi labor como reportera incómoda para la presidenta, hago públicamente responsable de cualquier daño a mi persona o a mi familia a la alcaldesa Judith Fabiola Vázquez Saut, a Hernesto Nazario y a su lacayuna corte enquistada en el Ayuntamiento. Les duelen las notas periodísticas adversas y a los acayuqueños ¿quién los escucha ante su clamor de obras, equidad y que se gobierne con justicia social? Se están perdiendo en minucias, señores, en superficialidades, lo esencial no lo miran porque es el resultado de su oprobioso proceder.


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